Hoy te vas, te digo gracias, te digo adios.
Sales por la puerta grande y con gloria intocable. Te despido entre bendiciones, versos, y llantos sin rencor.
Sigue la senda, no me veas. Camina y sonríe. Camina hacia tu hogar, hacia tu felicidad. Alégrate de tu destino, de tu suerte, y en el trayecto canta, grita y sigue. Si tienes lágrimas en los ojos, déjalas salir como un mar, pero como dice la letra "Puedo que estés triste esta noche, pero mañana, no dejes que el sol te vea llorar".
Acuérdate de lo nuestro, acuérdate noche y día, y acuérdate de mi, de mi alma, que te añora y que te guía. Anda feliz, anda tranquila, que la vida futura aguarda tu llegada. Te colmará de bienestar y sueños cumplidos.
En la cima, en lo alto. Ahí te veo niña mía.
No olvides que el mundo necesita de tus manos, de tu voz, de tus ojos y su destello.
No te digo hasta siempre, sé que te veré de nuevo, cubierta de dicha resplandeciente como el sol de la mañana.
Volverás como vuelve una mariposa a su santuario.
Así será contigo, cuando mis ojos anuncien tu presencia despuntando en el horizonte. Esperaré tu retorno, más hoy es momento de dejarte ir.
Emprende el vuelo, sal por la puerta grande, que siempre estará abierta la puerta de mi corazón amante.
1 comentario:
Andas muy desaparecida, un abrazo, vic,
Publicar un comentario