Tenía ocho años. Era de noche y el ruido me impedía dormir; tras no conciliar el sueño salí de casa en busca de silencio. Fui a las tiendas y no lo encontré, me asomé al súper y tampoco dí con él. Como continuaba escuchando el tun tun de mi corazón, lo abrí, me metí ahí, me acurruqué en él y me dormí.
¿Qué significa? -pregunté al día siguiente a mi psicoanalista, recordando que son expertos en la interpretación de los sueños, por aquello del legado de Freud.
-Pues que mientras duermes tu cerebro sigue trabajando, especialmente almacenando la información adquirida durante el día, contestó. Sí, ya sé que esta explicación decepciona a los pacientes, que están esperando oir que si sueñan que comen papas es señal de que van obtener una gran suma de dinero.
Como sea, esa noche, seguí escuchando el tun tun de mi corazón.
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