En esta segunda etapa de éste universo paralelo, la autora explora en los rincones más íntimos de su ser, plasmando todo lo que es, pero también todo lo que puede llegar a ser. Es un espacio donde su alma se transparenta al grado de que la reciente racionalidad que ha adquirido durante los últimos años se mezcla con su mundo de fantasía, creando lo que ella define como "una mágica realidad". Sean pues bienvenidos...

21 marzo 2011

We cannot be friends


Desde que existe House, todos lo sabemos: La gente miente. Lo curioso es que casi nadie ve House y aún así lo sabemos. Quizás porque siempre lo hemos hecho.

La que ha estado paseando por mi cabeza, sin ánimos aparentes de querer desaparecer, es esa frase tan común y que todos conocemos:
¡Pero podemos ser amigos!
Ajá. Sí. ¿Y luego? Tan irreal cómo decir que Jolie quiere conmigo.

Para empezar, ¿a qué amigo de verdad le decimos “sé mi amigo"?. Eso jamás sucede ¬¬, se da o no se da pero jamás se pide. Entonces, en un análisis interpretativo, casi cualitativo, se puede deducir que hay de dos sopas: O la frase aparece al término de una relación o cuando declaras tu gran amor por una persona que no siente lo mismo.

Primer caso: “Acabas de romper mi puto corazón ¡Cómo chingados crees que voy a tener ganas de verte y ser tu amiga! ¿De verte y besarte y hacerte mimos, a pasar a ser una amiga más del montón? Ja... Sí claro".

No entiendo qué nos hace pensar que la propuesta le va a caer de perlas a la persona. Digo, se vale y se puede que pasado un tiempo vuelvan a ser como antes de intercambiar litros y litros de saliva. ¿Pero justo en el momento del “ya no te quiero”? La gente miente y la gente es estúpida. Naturaleza humana, si gustan.

Pero bueno. El caso que me trae aquí es el segundo. Ese en donde después de cagarla, no te queda más que tratar de medio arreglar el asunto. (Entiéndase que del anónimato pasaste al aquí estoy y luego al trágame tierra).

A veces tratamos de hacer amigos para seducirlos después y entonces el amigo se siente acosado e incómodo y termina mandándonos a la chingada. (Me imagino, me han contado, quiero pensar que no). Y también hay algunos locos que logran ser amigos, sin dramas pero... pues están locos, entonces no cuentan.

Esto pasa cuando bateamos a alguien. En español, cuando se cae en la desgracia de gustarle a alguien que queremos sólo como amigo y a veces ni como eso. Una cosa es gustarle, otra es cuando tienen la mala educación de decirlo.

La cosa va más o menos así:
1: Me gustas (después de salir del anonimato)
2: uhm ahm esteeeeeee que honor pero aaaaahm ¿nos conocemos?
1: Obvio sí. Bueno, yo sí te conozco, porque yo sí te he visto...
2: O.o?
1: Ah... bueno, no pasa nada. No importa. Sólo quería decirlo.
2: ¡Ah! Es que yo... me interesa alguien más. ¡Pero podemos ser amigos!
1: ¡Claro! Eso sería genial *sonrisa que enmáscara un YA VALIÓ MADRE *

En el fondo, obvio entendemos que la propuesta de amistad resulta ser una mentira. Pero como no queremos morir en el intento, intentamos convencernos de que cada cabeza es un mundo y entonces ahí vamos, de amigos. A veces, sí con intención de hacer que la persona se enamore; a veces, sin juegos, como amigo y ya. (que juro que es lo que aplica en éste caso. Entiéndase: una cosa es decir estás guapísima y otra quiero contigo).

Y entonces el diálogo comienza y tú juras que pronto serán los mejores amigos del mundo mundials. Pero resulta que tu amigo actúa todo incómodo. Medio seco. Amable, pero lo normal. Y te preguntas ¿se estará sintiendo forzado?

¡Y es taaaaaaaan frustrante! Porque resulta que las pedas y las fiestas y las tardes de café se reducen a un simple: Hola. Hola. ¿Cómo estás? ¿Bien y tú? Bien también. Bueno luego nos vemos. ¿Se puede mañana? ¡Es que me regañan, bye!

Y entonces, comprendes que en el fondo esa solicitud de amistad se dio sólo por cortesía o porque creyó que eso te haría más bien que un “no pues no me gustas y la neta no tengo la más mínima intención de conocerte".

Y al final, todo vuelve a la normalidad. Tú te olvidas de que crees que es genial y por esa genialidad querías conocerlo y tu amigo se olvida de que el destino les tenía preparado ser los mejores cuates.

¿Pero y si no? ¿Y si neta se da algo chido? Digo. No todos mienten.

No hay comentarios:

Recuerdos...