En esta segunda etapa de éste universo paralelo, la autora explora en los rincones más íntimos de su ser, plasmando todo lo que es, pero también todo lo que puede llegar a ser. Es un espacio donde su alma se transparenta al grado de que la reciente racionalidad que ha adquirido durante los últimos años se mezcla con su mundo de fantasía, creando lo que ella define como "una mágica realidad". Sean pues bienvenidos...

21 marzo 2011

La otra escuela


Hace algunos días la periodista Sanjuana Martínez, colaboradora especial en la jornada, entrevistó al general en retiro y también encargado de la seguridad pública en Torreón Coahuila, Carlos Bibiano Villa.

La entrevista, como todo trabajo periodístico de Sanjuana, causó estragos y sin duda fue un duro golpe para el presidente Felipe Calderón, pues se dejó ver a un hombre que bien puede representar lo que verdaderamente hay detrás de su lucha contra el narcotráfico. Un hombre preocupado más por hacer justicia por propia mano, que por la seguridad del estado fronterizo.

Con frases como: “Para rescatar a Torreón hay que meterle huevos”, “Aquí hay que romperle la madre al cabrón que ande mal”, “Los que nos venden no merecen vivir”, “Cuando agarro un zeta o chapo lo mato”, “Mi padre es el ejercito y mi madre la patria”, entre otras, Carlos Bibiano expresó hacia la periodista su manera de trabajar.

Un día después, Carmen Aristegui retomó el tema en su programa Primera Emisión y entrevistó al ex general, quien de pronto dejó de lado su machismo y sus huevos, para retractarse abiertamente. Ahí, a nivel nacional, dijo que al momento de la charla con Sanjuana él se encontraba con la adrenalina elevada. Luego, solicitó la comprensión de los ciudadanos.

Más allá de lo poco prudente que resultaron las declaraciones de Carlos Bibiano Villa, la pregunta obligada es: ¿Cuál es el perfil de las personas que integran la milicia de este país?

El semanario de análisis político Proceso, en su edición número 1790, realizó una investigación donde demuestra el camino que emplea el ejército para reclutar nuevos elementos a sus filas. Los resultados, sorprendieron a más de uno, pues los datos arrojaron que cada vez son más los jóvenes que se sientes atraídos por los beneficios que la milicia ofrece.

Hasta ahí todo puede parecer normal ¿qué hay de malo en enlistar las prestaciones médicas, viviendas propias y dignas, primas vacacionales, altos fondos de ahorros, servicios funerarios, seguros de vida, becas educativas? Finalmente el Servicio Nacional Militar se ha distinguido por ser una de las opciones mejor remuneradas.

Sin embargo, lo que vino después fue lo más preocupante, pues se encontró que el Ejército busca reclutar personal de bajos recursos económicos, de carencia educativa y sobre todo gente que no sea pensante, pues en palabras de militares: “El inteligente no tolera que lo manden y eso para la milicia no sirve”.

Posteriormente el Ejército se encarga de entrenar a los jóvenes para el combate, pero también se les introduce el lema que llevaran consigo toda la vida: “Mi madre es la patria”.

Y es aquí donde quizás podamos encontrar las causas que ocasionan los abusos por parte de militares, pues estos han sido educados bajo el mandato de una supuesta patria, misma en la que bajo su ley les es permitido todo.

Hasta el año 2009 la cifra de jóvenes reclutados en el Ejército oscilaba sobre los mil 219, cifra que es elevada a comparación del sexenio anterior donde el número de nuevos ingresos alcanzó los 863. Esto se puede traducir como la decisión que están tomando algunos adolescentes, quienes prefieren ir a pelear a una “guerra” contra el narcotráfico que les promete honores y glorias a cambio de sacrificar su juventud.

Los más de 35 mil muertos en este sexenio reflejan lo que bien expresaba Hamon sobre la milicia: “El militarismo es la escuela del crimen”.

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