Alta Traición

"No amo mi patria.
Su fulgor abstracto es inasible.Pero (aunque suene mal) daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,puertos, bosques de pinos,
fortalezas,una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,montañas
-y tres o cuatro ríos".

-José Emilio Pacheco-

Se acaba septiembre. Un mes que me ha envuelto en una ola de pensamientos de reflexión y enojo. Un desprecio por aquellos expertos en saquear al país, aprovechando sus prerrogativas dentro del amañado juego de la política. Veo a México, a mi México hundido en la ignorancia, en la negligencia, en el desgano, en la prepotencia y la desidia; los defectos sociales tan arraigados como antiguos, que han desencadenado hoy, las caóticas consecuencias: desfalco económico, alarmante escasez del agua, gobiernos de ornato y grupos criminales que ejercen un poder de facto, cuyo régimen de terror los representa como acreedores de "poder, respeto y dinero", tres asediadas características que insuflan en los niños y jóvenes pobres, un fuerte deseo de ingresar a dichas organizaciones del hampa y el narcotráfico.Se acaba el mes de septiembre y, sin embargo, aún creo que hay razones para sonreír. Para celebrar. Concuerdo con el poeta Pacheco quien cree que, a pesar de tanto mal anidado, vale la pena dar la vida por un puñado de personas y lugares. Ésto es parte de lo que escribió el periodista Mauricio Carrera en un artículo para Día Siete, donde retomó el citado poema "Alta Traición". "Daría la vida, es cierto, por algunas personas valiosa, geografías inolvidables, pasajes históricos, que me reconcilian con mi noción de país, pero es no me basta para quitarme el malestar".A mí tampoco.